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Mostrando entradas de abril, 2025

El gato alcalde

 El Gato 🐱 alcalde  En la pintoresca ciudad de Bigotes Felices, donde las casas tenían tejados inclinados perfectos para tomar el sol y las calles estaban adoquinadas con piedras suaves para las patitas, vivía un gato llamado Tom. Tom no era un gato cualquiera; con su pelaje atigrado elegante, sus ojos verdes brillantes llenos de sabiduría y un maullido sorprendentemente persuasivo, Tom había sido elegido alcalde de Bigotes Felices. Al principio, algunos ciudadanos (principalmente los perros del parque) se mostraron escépticos. "¿Un alcalde gato?" ladraban con incredulidad. Pero Tom pronto demostró ser un líder excepcional. Tenía una habilidad asombrosa para escuchar los problemas de todos, desde la preocupación de la señora bigotes por la falta de lugares soleados para sus siestas hasta la queja del ratón Pérez por la escasez de queso de calidad. Tom implementó políticas innovadoras. Creó más "zonas de siesta soleada" en toda la ciudad, instalando almohadones suav...

Fiesta de los capibaras

En el corazón de los humedales de Costa Rica, donde los lirios de agua flotaban como pequeñas balsas moradas y el aire vibraba con el croar de las ranas, vivía una capibara llamada Coco. Coco era conocida por su espíritu alegre y su amor por las fiestas. Siempre encontraba una excusa para celebrar, ya fuera la llegada de la temporada de lluvias o el simple hecho de que el sol brillaba de una manera especialmente bonita. Un día, Coco tuvo una idea brillante: ¡organizar una gran fiesta de capibaras! Quería reunir a todos sus amigos y familiares para disfrutar de una tarde llena de juegos, comida deliciosa y mucha diversión a orillas de la laguna Esmeralda. Con entusiasmo, Coco comenzó a enviar invitaciones hechas con hojas de plátano mordisqueadas con cariño. Cada invitación llevaba un dibujo de un capibara sonriente con un sombrero de flores. La noticia de la fiesta se extendió rápidamente por todo el humedal, y todos los capibaras estaban emocionados. El día de la fiesta amaneció radia...

El Capibara Tito y el Árbol que Sonrió de Nuevo

En la orilla del río Perezoso, donde las hojas de los árboles brillaban como esmeraldas bajo el sol de Costa Rica, vivía un capibara llamado Tito. Tito era un animal tranquilo y amigable, con un pelaje marrón suave y bigotes largos y curiosos. Le encantaba pasar sus días nadando en el río, comiendo hierba fresca y observando a los perezosos moverse con calma entre las ramas. Un día, mientras Tito paseaba cerca del bosque, notó un árbol diferente a los demás. Sus hojas no eran de un verde alegre, sino de un color marrón apagado, y sus ramas colgaban hacia el suelo como si estuvieran muy cansadas. Tito sintió curiosidad y se acercó al árbol. "Hola," dijo Tito con su voz suave. "Eres un árbol muy silencioso. ¿Estás bien?" El árbol suspiró, y sus hojas secas crujieron tristemente. "No estoy bien, pequeño capibara," respondió con una voz áspera. "Me siento muy triste. Mis hojas ya no son verdes, mis ramas no tienen flores y los pájaros ya no vienen a canta...

Cuanto prueba

 

**El erizo valiente y la niña de corazón grande**

 **El erizo valiente y la niña de corazón grande**   Había una vez, en un bosque lleno de árboles altos y flores coloridas, un pequeño erizo llamado **Púas**. Púas era diferente a los demás erizos: mientras los otros se enroscaban ante cualquier ruido, a él le encantaba explorar y soñar con grandes aventuras. Pero había un problema… todos en el bosque le tenían miedo por sus púas afiladas, y eso lo hacía sentirse muy solo.   Una tarde, mientras Púas buscaba moras para cenar, escuchó un suave llanto cerca del arroyo. Al acercarse, vio a una niña sentada en una roca, con las rodillas raspadas y lágrimas en sus mejillas. Era **Lucía**, una niña curiosa que había salido a explorar el bosque y se había caído.   —¡Ay! —gritó Lucía al ver al erizo—. ¡No te acerques! ¡Pincharás!   Pero Púas, en lugar de asustarse, se quedó quieto y dijo con voz suave:   —No te haré daño. Solo quería ayudarte.   Lucía, sorprendida de que un erizo l...

Ada, la reina de los números

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Hace mucho tiempo, en un pequeño pueblo inglés vivía una niña. Todos la llamaban Ada. Como a todos los niños,   le encantaba  jugar . Sin embargo, Ada no era como el resto de las niñas de su edad. No solía jugar con muñecas, y tampoco le hacía ninguna gracia correr detrás de sus amigos. Prefería deambular, contando toda emocionada cualquier cosa que se le ocurría. Uno, dos, tres, cuatro, cinco... Cuántas hojas hay  en el  árbol , el número de pasos que había dado desde su casa hasta el colegio, o cuántos caramelos caben en el tarro de cristal en casa de la tía Betty. Quería llevar la cuenta exacta de todo, y para asegurarse que no se le olvidaba nada, anotaba todos sus cálculos en su cuaderno. En resumen, contar era lo que más le gustaba. Un día, Ada se puso  muy  enferma . No podía caminar, porque la grave enfermedad le había quitado casi todas sus fuerzas. Se quedó guardando cama durante varios días, contemplando por la ventana las bandadas de cornejas qu...

La madre

En el bullicioso corazón de la ciudad, vivía una mujer llamada Lindsay, conocida por su sonrisa cálida y su espíritu incansable. Trabajaba en Claro, donde vendía planes de telefonía, siempre con una palabra amable y una solución para cada cliente. Pero su mayor alegría era Laly, su hija, una niña de ojos brillantes y una curiosidad insaciable. Cada mañana, Lindsay llevaba a Laly a la escuela, donde la pequeña aprendía a leer y escribir, sumergiéndose en el mundo de los libros y los números. Mientras Lindsay trabajaba, su suegra, la mamá del papá de Laly, cuidaba de la niña, llenando sus tardes de cuentos, juegos y meriendas deliciosas. Lindsay amaba su trabajo, pero cada vez que veía a una niña, su corazón se llenaba de un amor inmenso y pensaba en Laly. Imaginaba sus risas, sus preguntas interminables y sus abrazos apretados. Al final del día, Lindsay corría a recoger a Laly, ansiosa por escuchar sus historias y compartir un momento juntas. Una tarde, mientras Lindsay ayudaba a un cli...

El carrusel mágico

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Hace mucho tiempo, cuando tus abuelos eran niños, había un pequeño carrusel en un pueblo. Tenía dos ponis, un coche, un bebé elefante, un tren, un avioncito, un dragón y un cisne. Estaba justo en el medio de la plaza del pueblo y los niños se montaban en él desde el amanecer hasta el anochecer  todos los  días.  ¡Los niños no se cansaban del carrusel! Pero no era un carrusel cualquiera, ¿sabes? Era mágico y cada noche, después de que los padres llevaban a sus hijos a casa, el carrusel cobraba vida. El bebé elefante  exclamó  primero:  —¡Oh, fue un día maravilloso! ¡Muchos alegres niños me llevaron a dar una vuelta! ¿Cómo estuvo su día, ponis? Los ponis  relincharon  alegremente.  —¡Estamos muy contentos! ¡Fue un día espléndido, como ayer y anteayer! —Bueno, ¡creo que es hora de que nos arreglemos un poco! —dijo el cisne. Extendió sus alas, las agitó un poco y  empezó a  lavarse . —Tienes razón, amigo — dijo el  cochecito. —Déja...

Blanca Nieves y los siete enanitos

  Érase una vez un reino gobernado de forma justa y benévola por   el rey y la  reina . La pareja deseaba tener descendencia y pronto tuvieron a una niña preciosa, que tenía el cabello negro como un cuervo, los labios rojos como la sangre y la piel blanca como la nieve y, por ello, la llamaron Blanca Nieves. Desgraciadamente, la reina murió de manera trágica después de dar a luz a la princesa. Los años pasaron, y el rey volvió a casarse y celebró una fastuosa  boda  real . La nueva reina era muy hermosa, pero también arrogante y deshonesta. Nadie advirtió lo malvada que era realmente. La posesión más preciada de la reina era un espejo mágico que había transportado en secreto hasta sus aposentos reales y con el que hablaba con frecuencia. Cada noche, antes de acostarse, le preguntaba: —Sabio espejo consejero, dime una cosa, ¿quién es en este reino  la más  hermosa ? A lo que el espejo siempre contestaba: —Tú, mi reina, eres la más hermosa de todas. Un d...