Lila y el Reino de los Dulces

**Lila y el Reino de los Dulces** 


(*Entusiasta, con tono de misterio*)  

*Había una vez… una niña llamada Lila, que tenía el cabello tan rizado como los caramelos de azúcar, y una sonrisa que brillaba más que el chocolate derretido. A ella le encantaban los dulces… ¡pero lo que no sabía era que estaban a punto de llevarla a una gran aventura!*  


(*Cambio a tono intrigante*)  

*Un día, mientras ayudaba a su abuela a hornear galletas, Lila vio algo extraño… ¡Detrás del frasco de azúcar había una pequeñísima puerta que brillaba como el caramelo! Sin pensarlo, la tocó… y ¡PUF! (*efecto de sonido mágico*)… ¡se volvió tan pequeña como una pasa!*  


(*Voz alegre y rápida*)  

*Al abrir la puerta, Lila entró en un mundo donde los ríos eran de chocolate espeso, los árboles tenían hojas de menta crujiente, y el cielo… ¡era algodón de azúcar rosado! De pronto, escuchó una vocecita:*  


(*Tonito agudo, como de hada*)  

*—¡Hola, soy Chispa, el hada de las piruletas! (*más seria*) El Reino de los Dulces está en peligro… El Rey Amargo robó la alegría, y sin ella… (*triste*) ¡nuestros dulces ya no saben igual!*  


(*Voz decidida*)  

*Lila, que era muy valiente, siguió a Chispa por un camino de galletas hasta el castillo del Rey Amargo… (*tono oscuro*) un lugar frío y gris, donde hasta las nubes eran de limón ácido.*  


(*Diálogo vivaz*)  

*—¡Rey Amargo! —dijo Lila—. Los dulces son ricos, pero lo mejor es compartirlos con amigos… (*suave*) ¿Quieres probar?*  


(*Pausa dramática*)  

*El Rey, sorprendido, aceptó… (*tono cálido*) Y así, Lila le enseñó a reír con los chistes de gelatina, a bailar bajo la lluvia de confeti de azúcar… y poco a poco… (*voz emocionada*) ¡su corazón se volvió dulce como la miel!*  


(*Final alegre*)  

*El reino recuperó sus colores, y Lila regresó a casa con una mochila llena de golosinas… (*susurro*) que nunca se acababan. Pero lo más importante… (*con cariño*) fue aprender que la verdadera magia está en endulzar el corazón de los demás.*  


(*Cierre con tono suave*)  

*¿Quién diría que una puerta tan pequeña… podría esconder un mundo tan dulce?* **Fin.**  

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