La aventura de Laly y las vocales mágicas


**La aventura de Laly y las vocales mágicas**


En un pequeño pueblo rodeado de colinas verdes y arroyos cristalinos, vivía una niña llamada Laly. Laly tenía seis años y estaba muy emocionada porque acababa de empezar su primer año de escuela. Cada mañana, se levantaba temprano, se ponía su uniforme rojo y blanco, y caminaba feliz hacia la escuela con su mochila llena de crayones y cuadernos.


Un día, la maestra, la señorita Clara, anunció algo especial: "Hoy comenzaremos a aprender las vocales". Laly se preguntó qué eran las vocales. La señorita Clara explicó que las vocales eran letras muy importantes que ayudaban a formar todas las palabras. "Las vocales son A, E, I, O, U", dijo, escribiéndolas en el pizarrón con tiza de colores.


Laly estaba fascinada. Esa noche, mientras se acostaba en su cama, pensó en las vocales. De repente, escuchó un suave susurro que venía de su mochila. Curiosa, se acercó y abrió la cremallera. ¡Para su sorpresa, las vocales cobraron vida y salieron de su cuaderno!


"¡Hola, Laly!", dijo la vocal A, que tenía forma de una pequeña montaña con ojos y una sonrisa. "Somos las vocales mágicas, y queremos llevarte a una aventura".


Laly no podía creer lo que estaba viendo. "¿Una aventura?", preguntó emocionada.


"Sí", dijo la vocal E, que parecía una pequeña serpiente con gafas. "Te llevaremos al País de las Vocales, donde aprenderás todo sobre nosotras".


Antes de que Laly pudiera responder, las vocales la rodearon y, con un brillo mágico, la transportaron a un lugar lleno de colores y sonidos maravillosos. Era el País de las Vocales, un lugar donde todo estaba hecho de letras y palabras.


La primera parada fue el Valle de la A. Allí, todo comenzaba con la letra A. Había árboles (árboles), animales (animales), y hasta un arcoíris (arcoíris) que brillaba en el cielo. La vocal A le explicó a Laly que ella era la primera vocal y que aparecía en muchas palabras importantes.


Luego, llegaron al Bosque de la E. Aquí, todo era suave y tranquilo. La vocal E le mostró a Laly cómo aparecía en palabras como "elefante" y "estrella". "Soy la vocal más común", dijo la E con orgullo.


Después, visitaron la Isla de la I. Era un lugar lleno de imaginación e ideas. La vocal I le enseñó a Laly palabras como "isla" e "iglesia". "Soy pequeña, pero muy importante", dijo la I con una voz dulce.


El siguiente destino fue el Océano de la O. Aquí, las olas formaban círculos perfectos, y la vocal O le mostró a Laly palabras como "oso" y "ola". "Soy redonda y fuerte", dijo la O con una voz profunda.


Finalmente, llegaron al Reino de la U. Era un lugar misterioso y divertido, donde todo parecía estar lleno de sorpresas. La vocal U le enseñó a Laly palabras como "uva" y "unicornio". "Soy la última vocal, pero no menos importante", dijo la U con una risa juguetona.


Después de recorrer todos los lugares, las vocales se reunieron alrededor de Laly. "Ahora que has aprendido sobre nosotras, ¿puedes decirnos algo que hayas descubierto?", preguntó la vocal A.


Laly pensó por un momento y sonrió. "¡Las vocales están en todas partes! Sin ustedes, no podríamos formar palabras ni contar historias. ¡Son mágicas!".


Las vocales aplaudieron felices. "¡Exacto!", dijeron al unísono. "Y ahora, es hora de que regreses a casa".


Con un brillo mágico, Laly se encontró de vuelta en su habitación. Al día siguiente, en la escuela, Laly compartió su aventura con la señorita Clara y sus compañeros. Todos quedaron asombrados, y Laly se sintió muy orgullosa de haber aprendido tanto sobre las vocales.


Desde ese día, cada vez que Laly veía una vocal en sus libros, recordaba su increíble aventura en el País de las Vocales y sonreía, sabiendo que las letras eran mucho más que simples trazos en un papel: eran puertas a un mundo lleno de magia y posibilidades.

Por Aurelio Carrillo 

Dulces sueños 

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