El Bosque de los Susurros
El Bosque de los Susurros
En un reino escondido entre montañas de esmeralda, existía un bosque encantado llamado El Bosque de los Susurros. Se decía que en sus árboles vivían las hadas más antiguas del mundo, guardianas de los secretos del viento y la naturaleza.
En un pequeño pueblo cercano, vivía Lina, una joven de gran corazón que adoraba escuchar las historias de su abuela sobre las hadas. Sin embargo, nadie más en el pueblo creía en ellas, y la gente temía entrar al bosque por los rumores de magia desconocida.
Un día, una gran sequía azotó la región, y los ríos comenzaron a secarse. Los cultivos morían, y el pueblo estaba desesperado. Lina recordó las historias de su abuela y decidió aventurarse al Bosque de los Susurros en busca de ayuda.
Al llegar, sintió un viento suave acariciar su rostro, y los árboles parecían murmurar su nombre. De pronto, pequeñas luces comenzaron a danzar a su alrededor: eran las hadas. La más anciana de ellas, Eldara, le habló con dulzura:
— Sabemos por qué has venido, Lina. La tierra está sufriendo porque los humanos han olvidado escuchar la voz de la naturaleza.
Lina, conmovida, prometió que enseñaría a su pueblo a respetar los ríos, los árboles y la vida en el bosque. Eldara sonrió y, con un leve movimiento de sus alas, hizo que la lluvia comenzara a caer.
Cuando Lina regresó, el agua volvía a llenar los ríos y los campos reverdecían. Contó su aventura a todos, y esta vez, el pueblo le creyó. Desde entonces, cada año celebraban el Día del Susurro del Bosque, donde aprendían a cuidar la naturaleza y recordar que la magia está en escuchar lo que el mundo tiene que decirnos.
Y así, gracias a una joven valiente y la sabiduría de las hadas, el pueblo y el bosque vivieron en armonía para siempre.
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